Vientos del San Marcos: de Felipe II a Juan Carlos I
Era el año 1556 y el rey Felipe II de España encomendaba a su explorador preferido, Pedro Menéndez de Avilés, la fundación de una colonia en la península del Nuevo Mundo llamada Florida, para echar de allí a los colonos franceses que se apuntalaban en ella y que España veía como su territorio. Avilés, que escapa de su casa a los 14 años para hacerse marino, se convierte luego en oficial de la marina real y se destaca después derrotando a los piratas que asediaban las costas española en la época. Tan impresionante fue su gestión, que no duda Felipe II en escogerlo para la misión al Nuevo Mundo. Con 11 fragatas y 2000 marinos, zarpa Avilés hacia la Florida y, luego de derrotar a los colonos franceses por el río St. John al sur del Fuerte Carolina, funda la nueva ciudad de San Agustín (Saint Augustine) donde se hallaba el fuerte del mismo nombre, el 8 de septiembre de 1565, reclamando después toda la península de la Florida para la corona española.
Seguramente la reliquia mejor preservada y admirada de la antigua colonia española es el Castillo San Marcos de San Agustín, desde donde ondeó una vez la bandera de la corona española. Todos los que hemos visitado San Agustín sin duda hemos subido las antiguas escaleras del San Marcos, y allí, entre los cañones del siglo XVI que aún apuntan al mar después de más de cuatro siglos, tal vez hayamos sentido la presencia de los soldados del rey conversando en castellano y vigilando el horizonte.
La Florida se mantiene española hasta que en 1763 se firma el Tratado de París, por el cual España cede todos sus territorios al este del Rio Mississipi a Gran Bretaña, incluyendo la península de la Florida que tanto apreciaba Felipe II.
Han transcurrido ya 244 años desde que España se retiró de la Florida. Al nuevo monarca español, Juan carlos I, se le acredita la introducción de la democracia a España luego del fín de los años de Franco. España luce hoy con orgullo sus mantos de democracia parlamentaria, más el resultado de la evolución política del pueblo que de la acción de su rey. Al sur de la Florida y por el mar Caribe y los Andes, por donde antes exploraban los conquistadores del rey español, crece nefastamente la nueva ola negra del populismo bajo la perversa influencia del castrismo-chavismo aliado, chupando libertades y ahogando democracias a su paso. Desgraciadamente, el presente gobierno español de Zapatero y el PSOE, a pesar de haber sido electos por un sistema democrático, apoya y coopera con la ola anti-democrática populista que se crece en el continente sur como un tsunami tenebroso. Llegan hoy a la Florida así miles de nuevos refugiados escapando la ola izquierdista, juntándose así a los cientos de miles que escapan al castrismo desde 1959.
Pertenece entonces a la oposición española, liderada por el PP, brindar apoyo y guía, como una mano materna que se extiende desde la "madre patria", a los que buscan frenar el nuevo populismo opresor y restaurar libertades perdidas en sus naciones cautivas. Es hora de que regrese la presencia española a la Florida una vez más, no para fundar nuevas colonias, sino para defender libertades humanas. Soplan los vientos del San Marcos: que sople con coplas de solidaridad y ayuda materna , y que el nuevo monarca español, sucesor de Felipe II que trajo España a la Florida, no se mantenga en silencio ante la creciente opresión de las nubes negras del populismo.
ANDRÉS GRAÑA (MIAMI, FLORIDA)
Seguramente la reliquia mejor preservada y admirada de la antigua colonia española es el Castillo San Marcos de San Agustín, desde donde ondeó una vez la bandera de la corona española. Todos los que hemos visitado San Agustín sin duda hemos subido las antiguas escaleras del San Marcos, y allí, entre los cañones del siglo XVI que aún apuntan al mar después de más de cuatro siglos, tal vez hayamos sentido la presencia de los soldados del rey conversando en castellano y vigilando el horizonte.
La Florida se mantiene española hasta que en 1763 se firma el Tratado de París, por el cual España cede todos sus territorios al este del Rio Mississipi a Gran Bretaña, incluyendo la península de la Florida que tanto apreciaba Felipe II.
Han transcurrido ya 244 años desde que España se retiró de la Florida. Al nuevo monarca español, Juan carlos I, se le acredita la introducción de la democracia a España luego del fín de los años de Franco. España luce hoy con orgullo sus mantos de democracia parlamentaria, más el resultado de la evolución política del pueblo que de la acción de su rey. Al sur de la Florida y por el mar Caribe y los Andes, por donde antes exploraban los conquistadores del rey español, crece nefastamente la nueva ola negra del populismo bajo la perversa influencia del castrismo-chavismo aliado, chupando libertades y ahogando democracias a su paso. Desgraciadamente, el presente gobierno español de Zapatero y el PSOE, a pesar de haber sido electos por un sistema democrático, apoya y coopera con la ola anti-democrática populista que se crece en el continente sur como un tsunami tenebroso. Llegan hoy a la Florida así miles de nuevos refugiados escapando la ola izquierdista, juntándose así a los cientos de miles que escapan al castrismo desde 1959.
Pertenece entonces a la oposición española, liderada por el PP, brindar apoyo y guía, como una mano materna que se extiende desde la "madre patria", a los que buscan frenar el nuevo populismo opresor y restaurar libertades perdidas en sus naciones cautivas. Es hora de que regrese la presencia española a la Florida una vez más, no para fundar nuevas colonias, sino para defender libertades humanas. Soplan los vientos del San Marcos: que sople con coplas de solidaridad y ayuda materna , y que el nuevo monarca español, sucesor de Felipe II que trajo España a la Florida, no se mantenga en silencio ante la creciente opresión de las nubes negras del populismo.
ANDRÉS GRAÑA (MIAMI, FLORIDA)
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