El apagón

Estos días se han visto en Barcelona escenas que recordaban a aquellas manifestaciones espontáneas que se daban en países sudamericanos cuando los ciudadanos se acordaban de las madres de sus mandatarios. Parece ser que el "seny" catalán no ha sido suficiente para resolver la situación y los habitantes de la ciudad condal han tenido que recurrir a una sucesión de caceroladas para hacerse oír. Una reacción, por otra parte, muy española. Y es que los habitantes de esta hasta ahora todavía nación estamos, por desgracia, acostumbrados a que, frente a la incompetencia y desprecio del gobernante, sólo nos quede el recurso del derecho al pataleo.


Foto: Albert Olivé/EFE

Es de destacar que la tremenda avería eléctrica que dejó a oscuras durante días a decenas de miles de habitantes de la segunda ciudad de España se ha producido bajo tres administraciones, tres, socialistas. Porque socialista es el gobierno central, socialista es el gobierno autonómico de Cataluña y socialista es el ayuntamiento de Barcelona. Para colmo y más inri, el ministro del ramo, don Juan Clos, fue alcalde de Barcelona. Vamos, que si estuviéramos jugando al póker esto sería una escalera de color.

Ante el cúmulo de desatinos protagonizados por los políticos encargados de resolver el desaguisado, al final ha sido el ejército español el que ha salvado la situación instalando una serie de generadores. Dato que, como era previsible, ha sido minimizado y casi ocultado por los socialistas catalanes y sus socios independentistas. Y aunque aún no se saben las causas del apagón, el portavoz de los socialistas catalanes, en un ejemplo del ya crónico victimismo catalán, ha acusado a Manuel Pizarro, presidente de la empresa de electricidad Endesa, de "castigar a Cataluña" con el apagón. Una afirmación que sobrepasa lo ridículo y se adentra sin complejos en lo injurioso.

Los que durante los últimos días han salido a la calle con parte de su menaje de cocina se han hecho oír. Pero harían más ruido si en las próximas elecciones enviaran con sus votos un mensaje claro y fuerte a los socialistas responsables de su miseria. Si insisten en "más de lo mismo", habría que pensar que tienen lo que se merecen.

ÁNGEL DEL CORRAL (MILPITAS, CALIFORNIA)