La recta final

Permitidme durante unos minutos que comparta con vosotros algunos pensamientos.

Siempre he pensado que la política exterior es uno de los pilares básicos de una gran nación y, lamentablemente, en los últimos tiempos nuestro país ha mostrado una incompetencia pasmosa para mantenernos en la delantera de Europa y el mundo; para estrechar lazos comerciales y para crear nuevas oportunidades de negocio con otros países. Y considero que la raíz del problema se debe a la ineptitud y falta de preparación de nuestros gobernantes (en particular el presidente y varios ministros).

Pienso que a falta de pocos meses para celebrar elecciones generales, el partido (aparte de criticar las pésimas gestiones del gobierno ) debería mostrar un aire más fresco y demostrar a la sociedad que somos el mejor futuro posible. Y qué mejor manera, que empezar viendo y escuchando en todos los medios, a nuestro candidato y futuros ministros relacionarse públicamente con los lideres y dirigentes político-económicos internacionales. Demostrando que los idiomas no son una barrera para nosotros, sino una herramienta de trabajo; que España no sólo tiene que ser un receptor de inmigrantes de mano de obra barata, sino que vamos a retener a los mejores profesionales; que vamos a hacer más atractivo nuestro país a los europeos, no sólo para veranear y tapear, sino como una opción ideal para trabajar, vivir y crear empresa (ya estamos comprobando cómo empiezan a irse de nuestro territorio diferentes multinacionales). Y que estamos tan seguros de que vamos a ganar las próximas elecciones, que ya estamos haciendo los deberes para llevarlos a cabo desde el primer día de nuestro mandato.

Lamentablemente, es tal el cúmulo de despropósitos del actual gobierno (terrorismo, autonomías, vivienda, incumplimiento de la leyes, politización de la justicia, inercia económica,...) que nos ha obligado a ocupar todos nuestros esfuerzos en criticarles e intentar corregirles su mala gestión. Y, desafortunadamente, la repercusión en los medios y la sensación de mucha gente es que les hemos estado siguiendo el juego.

La argumentación dialéctica de nuestros actuales gobernantes ha sido tan pobre y poco constructiva que ya sólo participar en la mera discusión nos ha rebajado a veces a su nivel, y ha enviado el mensaje a la sociedad de que todos los políticos son similares, independientemente de su ideario.

No nos queda mucho tiempo para convencer a los indecisos, a los que dejaron de creer en la política, a los que perdieron el interés y a los que no saben donde está la izquierda ni la derecha. En esta recta final, nuestros esfuerzos deben dirigirse a todos estos, haciéndoles llegar nuestra idea clara de España, cómo la vamos a llevar a cabo, y qué papel van a desempeñar en este proyecto común.

Un saludo a todos,

JAVIER DÍAZ (CHARLESTON, CAROLINA DEL SUR)