Broncas en el desfile
Los que vimos las imágenes del desfile de las Fuerzas Armadas con motivo del Día de la Fiesta Nacional (Madrid, 12 de octubre de 2007), fuimos testigos de dos públicas broncas a representantes de las más altas magistraturas del estado. Una se veía venir. La otra, nos cogió a todos por sorpresa.
Los abucheos y silbidos dirigidos por una muy importante parte del público congregado contra el presidente del Gobierno fueron contundentes. La gente expresó así su cabreo por las políticas de ZP, marcadas por la negociación con ETA, la falta de apoyo a las víctimas del terrorismo, la claudicación ante el separatismo y la indiferencia, por no decir desprecio, ante los símbolos nacionales. De nada sirvió que Zapatero hiciera su entrada a la tribuna de autoridades de tapadillo y por la puerta de atrás. También fueron inútiles los patéticos y sucios intentos de los responsables de la televisión pública, quienes, al más puro estilo de Goebbels, apuntaron sus cámaras al rey cuando arreciaban los insultos contra Zapatero.
Sonoro abucheo a Zapatero
La bronca que dedicó la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, a la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, ante público y cámaras fue algo distinto y, probablemente, más preocupante. Ante las pasmadas miradas de Marín y Moratinos (¡qué desatinos!), la vicepresidenta discutía y gesticulaba de forma acalorada.
El enfado de la vicepresidenta
Todo esto parecía una simple anécdota de otoño hasta que el diario El Mundo solicitó los servicios de un lector de labios para que nos enteráramos todos del motivo del enfado de la vice. Según dicho intérprete, la airada conversación transcurrió, más o menos, en los siguientes términos:
[De la Vega] —Es un abuso. Para mí, te digo que es una putada. Es igual, hay que tomarlo. [...] No me gusta, de una p(uñetera) vez. Esto nos pasa por respetar el capítulo. Es una burla que te...
[Casas] —Por mí no te preocupes, te estoy diciendo que yo no puedo.
[De la Vega] — ¡No puede ser, no puede ser!
[Casas] — Ya veremos, hombre.
[De la Vega] — ¡Que para El Mundo no será así!
No parece que el motivo del enfado fuera que ambas hubieran decidido llevar el mismo modelito a una sesión fotográfica del Vogue. Aunque hay algunas lagunas en la interpretación, está bastante claro que la intención del gobierno es controlar el Tribunal Constitucional. No olvidemos que decisiones muy importantes, como la constitucionalidad del nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, están pendientes de resolución.
El enfado de De la Vega es una buena señal para los que creemos en una España solidaria e indivisible. Sin embargo, sus intentos por manipular el Tribunal Constitucional presagian tretas y maniobras para conseguir una decisión al gusto de su jefe.
ÁNGEL DEL CORRAL (MILPITAS, CALIFORNIA)
Los abucheos y silbidos dirigidos por una muy importante parte del público congregado contra el presidente del Gobierno fueron contundentes. La gente expresó así su cabreo por las políticas de ZP, marcadas por la negociación con ETA, la falta de apoyo a las víctimas del terrorismo, la claudicación ante el separatismo y la indiferencia, por no decir desprecio, ante los símbolos nacionales. De nada sirvió que Zapatero hiciera su entrada a la tribuna de autoridades de tapadillo y por la puerta de atrás. También fueron inútiles los patéticos y sucios intentos de los responsables de la televisión pública, quienes, al más puro estilo de Goebbels, apuntaron sus cámaras al rey cuando arreciaban los insultos contra Zapatero.
La bronca que dedicó la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, a la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, ante público y cámaras fue algo distinto y, probablemente, más preocupante. Ante las pasmadas miradas de Marín y Moratinos (¡qué desatinos!), la vicepresidenta discutía y gesticulaba de forma acalorada.
Todo esto parecía una simple anécdota de otoño hasta que el diario El Mundo solicitó los servicios de un lector de labios para que nos enteráramos todos del motivo del enfado de la vice. Según dicho intérprete, la airada conversación transcurrió, más o menos, en los siguientes términos:
[De la Vega] —Es un abuso. Para mí, te digo que es una putada. Es igual, hay que tomarlo. [...] No me gusta, de una p(uñetera) vez. Esto nos pasa por respetar el capítulo. Es una burla que te...
[Casas] —Por mí no te preocupes, te estoy diciendo que yo no puedo.
[De la Vega] — ¡No puede ser, no puede ser!
[Casas] — Ya veremos, hombre.
[De la Vega] — ¡Que para El Mundo no será así!
No parece que el motivo del enfado fuera que ambas hubieran decidido llevar el mismo modelito a una sesión fotográfica del Vogue. Aunque hay algunas lagunas en la interpretación, está bastante claro que la intención del gobierno es controlar el Tribunal Constitucional. No olvidemos que decisiones muy importantes, como la constitucionalidad del nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, están pendientes de resolución.
El enfado de De la Vega es una buena señal para los que creemos en una España solidaria e indivisible. Sin embargo, sus intentos por manipular el Tribunal Constitucional presagian tretas y maniobras para conseguir una decisión al gusto de su jefe.
ÁNGEL DEL CORRAL (MILPITAS, CALIFORNIA)
2 comentarios:
Menuda bronca tuvieron el dia del desfile. Despues sale que quieren reformar el tribunal cosntitucional revocando a dos personas para tener mas margen y hacer lo que les de la gana, incluso con esto. Esto se parece cada vez mas a la Venezuela de Chavez. Que desastre
La Tere de la Vogue miente con un cinismo que solamente se comprende conociendo su afán por la grandeza y el popularismo. Todo menos perder la posibilidad de vivir como una millonaria a costa de los contribuyentes. Nadie usa las palabras "democracia", "estado de derecho", "dialogo", etc. con tanto cinismo y descaro. Con lo que se gasta en trapos podrían tener nuestros soldados EN GUERRA suficiente protección. Pero, ya se puede cubrir de oro exteriormente que de nada le sirve, está podrida moralmente por dentro. El Gobierno de Zapatero ha elegido a dedo los fiscales más corruptos, ineptos y manejables que jamás se hayan conocido. Así es como hacen de las leyes lo que les da la gana. ¿Cuando terminará esta pesadilla? Cuatro a?os más con este Gobierno y todos terminaremos llorando la muerte de esa España que tanto amamos..
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