Rincón Popular

Lugar de encuentro para afiliados y simpatizantes del Partido Popular de España en Estados Unidos.

15 diciembre, 2008

Mayo 68: ¿Acaso alguien encontró la playa debajo de los adoquines?

Mayo 68. El mito de nuestros días. Recomiendo que quién quiera entender algo respecto a Mayo 68 lea "Mayo 68: una educación sentimental" de Gabriel Albiac (ver enlace relacionado con el libro). Y comento esto a raíz de la conferencia de ayer de Esperanza Aguirre.

Luchar contra la autoridad represiva. La libertad sin límites, el "prohibido prohibir". Y aquí nos encontramos ahora, cuarenta años después jugando todavía. "On s'amuse" (nos divertimos) decían los estudiantes franceses en aquellos días. Algunos se siguien divirtiendo y jugando a reinventar la rueda con la educación de nuestros hijos. El resultado, una sociedad que huye del esfuerzo y del sacrificio. En lo más alto de nuestro desarrollo técnico pero con lagunas como oceános en nuestra formación como personas. La transmisión del saber se muere en este estúpido juego de seguir buscando la arena debajo de los adoquines sin entender que gracias a esos grises adoquines hemos construído un mundo sin fronteras. El adoquín esfuerzo frente a la playa lánguida del eterno verano. La realidad frente a un sueño de adolescencia mal llevada.

No es solo un juego de palabras ni un post con ganas de triturar un poco lo políticamente correcto. Es comprobar, con tristeza, como la izquierda post-68 ha asumido todos esos principios como propios. Quizás por ignorancia de las consecuencias o quizás por comprobar la fuente inagotable de votos de una sociedad estancada en una post-adolescencia permanente.

Yo no busco ninguna playa ni pretendo encontrar en el porro mal fumando la libertad contra la autoridad represiva. No podemos ser libres si nos esclavizamos con sueños alucinados. No veo otra alternativa que romper con esos mitos de hace cuarenta años. Salvemos lo bueno, si lo hay, y volvamos a poner adoquines, a construir carreteras, hospitales y universidades donde el esfuerzo sea recompensado. La rueda funcionó bien desde el principio, no hay porque reinventarla, solo cambiar los neumáticos y seguir avanzando.

dosmildoce.wordpress.com

07 diciembre, 2008

Violencia verbal

Llevamos unos días curiosos. Ciertos políticos parecen estar inspirados en dejarse llevar por sus emociones primarias, sin someter lo que dicen a filtro alguno. Como se dice vulgarmente, se les calienta la boca.

Primero fueron las críticas a Esperanza Aguirre tras los atentados de Bombay. El eurodiputado Guardans y el PSOE, principalmente a través de José Blanco, se cubrieron de gloria.

Luego las declaraciones del alcalde socialista de Getafe y presidente de la FEMP respecto a los votantes del PP. Las disculpas y las excusas posteriores, mezcladas con su falta de responsabilidad y la incapacidad de asumir las consecuencias de sus declaraciones, retratan al personaje.

Y por último, Carod-Rovira proclamando el proximo advenimiento de la república catalana y la sustitución de la delegación de la Generalitat en Madrid por la Embajada de la República Catalana haciendo saber que no piensa acatar lo que decida el Tribunal Constitucional. Para rematarlo, ayer Joan Tardá (ERC) participa en un acto de quema de la Constitución y exclama que "hay que matar al Borbón", aclarando después que era un grito patriótico del siglo XVIII y que se refería al ya difunto Felipe V. Por supuesto, nos hace saber que el no pretende hacer nada y que sus palabras también han sido sacadas de contexto.

El común denominador de todas estas incontinencias verbales es el odio al PP y a España. Desde Cataluña se suele canalizar el odio general hacia España a través del odio a la Corona y al PP. Siempre buscando la identificación con el franquismo o con elementos fascistas de cualquier tipo.

La cuestión que me preocupa es que desde posiciones liberal conservadores uno tiene que defender sus principios atendiendo a criterios de lo políticamente correcto, procurando buscar los puntos de contacto, empatizando con su interlocutor para lograr la armonía total.

Sin embargo, haga lo que haga el PP, la respuesta siempre es la misma. El odio hacia JM Aznar y Esperanza Aguirre sobrepasa las cuestiones ideológicas. Las críticas a Aguirre o el volver a sacar el tema de los vuelos de la CIA autorizados por JM Aznar (aunque según parece, de los 11 vuelos, 9 han tenido lugar bajo la presidencia de JLR Zapatero) van siempre en la misma línea. La misma que escuché ya hace unos años en Barcelona cuando un compañero de trabajo, muy catalán y demócrata, exclamó "¡¡que pena!!" cuando se supo que JM Aznar había sobrevivido al atentado de ETA.

Es el mismo planteamiento que circula sin cesar, pidiendo el cambio y la moderación del PP para que deje de ser la "derecha extrema" mientras se ataca constantemente con violencia verbal, insultos e incitando a la agresión. Venga desde la progresía española o desde los nacionalismos (catalán o vasco), el mecanismo siempre es el mismo.

No voté nunca a Felipe González y no voté ni votaré a JLR Zapatero. Pero no les odio. Solo juzgo su labor política y su actuación como gobernantes. Estoy en desacuerdo en casi todo. Pero no les odio. No siento ira ni rencor. Desde el punto de vista intelectual prefiero una República como forma de Estado. Pero respeto la Constitución votada por la mayoría de los españoles y pienso que el debate República-Monarquía no es prioritario y si algún día se abre se debería hacer desde la serenidad y el respeto. Mi preferencia por la República nunca me llevará a quemar fotos del Rey o a llamar al Rey "ciudadano Juan Carlos".

Hay que saber separar los sentimientos extremos de la labor política. Tan importante como la educación intelectual es la educación sentimental. Algo que ni el eurodiputado Guardans, don Pedro Castro, don José Blanco, don JLl Carod-Rovira y don Joan Tardá no saben ni quieren saber.

Esa violencia verbal incontenida es preocupante. Uno se pregunta si Esperanza Aguirre tenía razón cuando le preguntaba a J. Blanco si en el fondo no estaba deseando que ella hubiera vuelto de la India "de otra manera". Blanco respondió rápido a esa acusación. Pero eso forma parte del teatro. En ese juego de agresiones orales todo cuenta y ninguna palabra es dicha en vano. Ya sabemos que uno siempre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Tan esclavo de sus palabras como de sus deseos. Tan esclavo, también, de ese talante reconvertido en una máscara grotesca, más propia de guerreros tribales que de políticos del siglo XXI.

dosmildoce.wordpress.com