Llevo más de 40 años leyendo y conociendo de golpes de estado, gorilas, corrupción, inestabilidad y toda clase de desastres e irregularidades en políticas económicas y sociales acontecidos en nuestra querida patria grande: La América Latina.
Afortunadamente, Fidel Castro y sus sucedáneos han encontrado la formula mágica para encontrar el chivo expiatorio que explique el origen de todos estos desastres: El Imperialismo Norteamericano. Si Pacheco Areco murió de una peritonitis o si en Nicaragua tembló la tierra; si las inundaciones dieron al traste con las plantaciones en El Perú; o si la fiebre porcina africana dio al traste con el ganado porcino en Cuba fue solo resultado de la ?intervención maligna? del ?Ogro malintencionado y cruel del norte? (Monstrum Horrendum). Al margen de estas fábulas tendenciosas y manipuladoras de la opinión publica, la verdad ha sido otra, y es que la corrupción de nuestros dirigentes, la mala administración de nuestros recursos, el despilfarro, la displicencia ante nuestras propias necesidades y retos han sido responsables de muchos de los descalabros que aún estamos sufriendo.
Quiero referirme a la OEA, en el centro de la diatriba surgida a raíz de la remoción del Presidente Zelaya. Si en algún momento la OEA tuvo credibilidad y poder ejecutivo para enfrentar y resolver los problemas en nuestro continente, a raíz de la aparición de la corriente izquierdista propagada por el Sr. Chávez, ese organismo ha perdido toda credibilidad y respeto, quizás sea en lo único en que coincido con el Dictador Castro, a partir de la Secretaría del Sr. Gaviria. No es secreto para nadie las cuantiosas contribuciones económicas realizadas por Chávez para apoyar la nominación de Insulza, quien tan bochornoso rol en el cargo ha jugado con la tendencia manifiesta de apoyar todo lo que venga de la neo-izquierda latinoamericana y en contra de la democracia y de los Estados Unidos. Recordemos pues: el abatimiento del Terrorista Raúl Reyes, los asesinatos de opositores en Venezuela, entre otros.
Nunca se alzo la voz de este organismo para denunciar ninguno de los siguientes hechos:
- La violación descarada de los derechos humanos en Cuba y el encarcelamiento y hostigamiento de los opositores.
- El apoyo sistemático ideológico y de infraestructura a los terroristas de las FARC por parte de Chávez y el gobierno de Venezuela.
- El apoyo de Ecuador al mismo grupo terrorista con una logística en pleno suelo del Ecuador.
- La represión sistemática al pueblo disidente boliviano por parte del Sr. Morales.
- La intervención rusa en Latinoamérica enviando armas, flotas y misiles al dictador Chávez.
- La penetración ideológica, militar y nuclear de Irán en América Latina teniendo como puente al Sr. Chávez.
- El financiamiento de los movimientos terroristas y desestabilizadores de gobiernos en América Latina por parte de Caves: Indígenas de Perú, Indígenas de Colombia, campañas de izquierdistas en El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Uruguay, Paraguay, Argentina, etc.
- El Narcotráfico oficializado por parte de Chávez y que ha hecho partícipe a sus satélites Ortega, Zelaya, Morales, etc.
Recientemente la OEA y el Sr. Insulza despiertan de su letargo y su pasividad ante los anteriores hechos e intentan protagonizar como abanderados la reposición al poder del Sr. Zelaya, quien apoyado por Chávez traiciono al propio partido que apoyó su elección, traicionó a la constitución del país sobre la cual juró su investidura, intentando su perpetuación en el poder al estilo del Dictador Venezolano. No recuerdo en este medio siglo de actividad política de la cual he sido testigo una agitación sin precedentes como la que han desarrollado Insulza y sus abanderados Kirchner, Correa, Ortega y, por supuesto, Chávez. Contrasta con ello la bochornosa discusión en torno a la suspensión de sanciones excluyentes a Cuba y su re-admisión en el seno de la OEA que tuvo lugar en la reciente cumbre. No se habló allí de la corrupción, del hambre y miseria extremas, de las damas de blanco, ni de los cientos de presos políticos de conciencia cuyo único delito es haber disentido del oprobio y la irracionalidad del gobierno y el partido comunista cubanos.
Quiero por último, en nombre propio, dar un aldabonazo a toda la gente pensante de Latinoamérica y el mundo para que la actual situación en Honduras no lleve a la confusión. Zelaya es un traidor a su propia patria y al cargo que su pueblo eligió, y hay evidentes indicios de confabulación ideológica y tráficos ilegales de fondos monetarios y sustancias prohibidas con el Sr. Chávez, quien pretendió con el giro a la izquierda convertir a Honduras en otro satélite más al estilo de Ecuador, Nicaragua o Bolivia. Es hora de que prevalezca un nuevo orden en América Latina que no sea la corriente irracional impulsada por los petro-dólares de Chávez con los cuales compra ideologías, candidaturas presidenciales, conciencias y decisiones cruciales en nuestros países. La OEA tiene que refundarse si no quiere convertirse en un organismo obsoleto y ajeno a la verdadera problemática de nuestras naciones.
DR. ANDRÉS ROSEÑADA
